Comentario de la Editora
Es
una estructura quebrada exacta para esta historia. Es desesperante, histérica, da un millón de
vueltas, muy analítica, tierna, llena de sensaciones y situaciones cotidianas.
Me encantan los diálogos tan naturales y frescos. Los tres amigos, la forma en
la que se conocieron, la descripción, de alguna manera, de su salida del
closet, de sus frustraciones en el trabajo, en su matrimonio y en la vida. Te metés
en la historia… Me fascina eso de que va a tomar cerveza para mirarlo, que se
pone ebrio con los amigos, los diez mil nervios que tiene a la hora de pedir el
helado, la histeria de cambiar de gusto, de tratar de deducir lo que le quiere
decir, de fijarse en cada palaba, cada mirada, de seguirlo por facebook… es tan cosmo,
tan habitual.. y quién no lo haya hecho que se haga ver por el
psiquiatra!!!!!!!
Los
tres amigos son una joya! Perfectamente hechos: que llaman, aconsejan, opinan,
alientan… y el amigo heterosexual con eso de “es fácil aconsejar cuando no te
toca hacer” es un groso, un divino.
Hay
mil cosas que analizar desde la perspectiva social: el trabajo -o la vida-
frustrante que uno puede tener y el derecho a ser gay libremente, por decirlo
de alguna manera. Nuevamente se ve en las historias de intentos de matrimonios
por responder a imposiciones sociales establecidas. Y que, aunque el personaje
dice asumirse, no lo hace del todo, porque tiene dudas y miedos. Pero ese mismo
miedo es justamente el que lo anima a buscar “esa luz”.
Lo
del sueño es bárbaro. Como lector sentís que te vas a cualquier parte. Pensás: “el autor enloqueció”, pero todo
se desata al final. Además, está perfectamente graficado en ese sueño lo que
sucedió. La mariposa con la libélula, el mozo, los colores, las mujeres, que se
deja caer… es la desesperación misma. Está simbólicamente descripto lo que
sucedió en su vida. Deleite para Freud. /NP
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