Comentario de la Editora
Tremendamente dulce. Sumamente
sencillo, original, tierno. La visión de la naturaleza desnaturalizando -en
términos de los rusos- hechos completamente automatizados. Muy acertado que sea
en primera persona, un monólogo si se quiere, que le da mucha calidez al
relato.
Es un llamado a recordar, a no
matar con el olvido los pequeños y grandes intentos de construir un mundo
mejor. También se siente ese llamado de conciencia hacia la naturaleza, su
perfección y su importancia.
El juego de madres, de la marcha
del orgullo gay, de manifestaciones, es muy original. Ya van a ir todos a
buscar al guitarrista de Florida y a este árbol. /NP
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