Comentario de la Editora
Deleite para los psicólogos otra vez. Los perfiles impecablemente
armados. La personalidad dominante de la madre que les resta a los hijos. Los
hijos que aceptan y se agachan ante ella, aun siendo grandes, aun después de
muerta. El recurso del “eco”, de escucharla aunque no esté. El “querer ser”
frustrado en ellos, su realización personal siempre en función a Albertina.
Como entre hermanos mismos, que piensan que son felices, terminan limitándose y
repitiendo, con menos fuerza claramente, la historia de la madre.
Me gusta el cuadro de las vacaciones en las que ellos afirman ser
felices juntos. Es una contradicción hermosa con su realidad. Y se siente
cansancio, infelicidad siempre en función a las apariencias. /NP
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