Comentario de la Editora
¡Chan!
Cuentito este. Es como demasiado real.
La
estructura y la forma de contar -con los diálogos- son muy acertadas.
La
historia es tremenda. Un millón de factores. Familia desestructurada, la
ignorancia de los padres, las autoridades académicas siempre en su burocracia
-y ellos siempre de mierda-, la interminable búsqueda de la causa, el hecho de
no querer ver la situación, de obviarla, la gente opinando… y el chico sin
nadie quien lo escuche.
Resalto
que plantees los diferentes puntos de vista de los diferentes personajes; el
personaje de la madre está muy bien armado en su simplicidad pueblerina, en su
misma reacción ante el problema, en sus comentarios. El padre que trabaja mil
horas, típico hombre de campo machista.
Me
llama poderosamente la atención que Ariel nunca hable. Como todo el alrededor
deduzca, plantee, interprete, pero no lo escuche a él. Que se desate el tema
sexual como una enfermedad a ser tratada, que su retraimiento alarme, pero a la
vez genere ese tipo de aceptación del que no quiere ver la situación. Que salga
a flote su cuerpo, sus amiguitas, su silencio, sus rasgos afeminados, la
relación casi nula con el padre, la sobreprotección de la madre… porque no aclarás si realmente es gay o es una
especie de encierro o una depresión infantil o una crisis de pre adolescencia…
y eso me encanta. Y puedo seguir… pero
lo esencial ya lo escribí.
/NP
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